Dolor físico, bienestar emocional

¿Acompañas a un perro que vive con dolor?
La respuesta no siempre es obligar al cuerpo a parar (de hecho, puede ser contraproducente), pero tampoco forzar el movimiento a cualquier precio.

El dolor no anula otras necesidades: físicas, etológicas, emocionales… El descanso tampoco es pasividad: es sostén, es consuelo, es autocuidado.

Acompañar a un perro con dolor también es adaptarse y buscar el equilibrio. Es mirar más allá del síntoma y abrazar todo lo que está pasando.

  • Escuchar sus tiempos.
  • Adaptar sin privar.
  • Validar lo que siente o necesita.
  • Soltar (literal y metafóricamente) cuando haya que hacerlo.

No se trata de elegir entre lo físico y lo emocional.
Se trata de facilitar escucha, movimiento y descanso, de forma individualizada y adaptada.

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