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Hidratación
El calor no perdona, y nuestros perros lo sufren mucho más que nosotros. Cuidarlos en verano es una cuestión de salud y responsabilidad.
Mantén siempre agua limpia y fresca a libre disposición, tanto en casa como durante los paseos. Cambia el agua varias veces al día y, si sales, lleva contigo una botella y un cuenco portátil. Para asegurarte de que tu perro está bien hidratado, revisa que sus mucosas estén húmedas y rosadas, y que su piel sea elástica.
Es fundamental asegurar zonas con sombra para que puedan descansar sin acalorarse. En casa, puedes crear espacios frescos con ventiladores, esterillas o camas refrigerantes, o utilizar toallas húmedas para ayudar a bajar su temperatura.
Evita los paseos durante las horas de máximo calor. Opta por salir a primera hora de la mañana o al anochecer, cuando el suelo y el aire están más frescos. Además, favorece los paseos por entornos naturales, evitando el asfalto, y elige lugares con sombra abundante y fuentes de agua naturales para refrescaros.