Verano: más sed, menos apetito

Durante los meses más calurosos, es habitual observar cambios en los hábitos alimentarios e hídricos de nuestros compis. Estos ajustes responden a mecanismos naturales de regulación térmica y no siempre indican un problema de salud. Sin embargo, conocer las causas y saber cuándo actuar puede marcar la diferencia.

Por qué beben más agua en verano

La principal vía de regulación de temperatura en los perros es el jadeo. Este mecanismo, basado en la evaporación del agua a través de las vías respiratorias, implica una considerable pérdida de líquidos y electrolitos. Para evitar la deshidratación y mantener el equilibrio hídrico, los perros incrementan su consumo de agua, especialmente en jornadas de altas temperaturas o tras la actividad física.

Por qué pueden comer menos

El proceso digestivo genera calor interno, conocido como el efecto térmico de los alimentos. En épocas de calor, el organismo busca reducir cualquier fuente adicional de calor, y una de las estrategias fisiológicas consiste en disminuir el apetito. Además, al pasar más tiempo en reposo o moverse menos, el gasto energético también se reduce, lo que justifica una menor necesidad calórica.

Cuándo es una respuesta normal

  • Disminución del apetito moderada y puntual.
  • Aumento de la ingesta de agua sin otros signos asociados.
  • Cambios leves y progresivos, en consonancia con el clima y la actividad.

Cuándo consultar al veterinario

  • Si el perro rechaza totalmente la comida durante más de 24-48 horas.
  • Si presenta signos de polidipsia (ingesta de agua excesiva) acompañada de síntomas como letargo, vómitos o diarrea.
  • Si hay pérdida de peso, cambios bruscos en el comportamiento o signos de malestar general.

Recomendaciones prácticas

  • Ofrecer las comidas en las horas más frescas del día (mañana o noche).
  • Optar por alimentos húmedos o añadir agua a la comida deshidratada para mejorar la hidratación.
  • Garantizar el acceso constante a agua fresca, limpia.

Los cambios en el comportamiento alimentario o en el consumo de agua pueden ser perfectamente normales en verano, siempre que estén dentro de un rango fisiológico y sin signos de enfermedad. Observar, adaptar y actuar con responsabilidad es parte del acompañamiento consciente y saludable que nuestros perretes necesitan.

?