Perros perfectos

¿Alguna vez has sentido nostalgia del «perro perfecto»? Ese perro tranquilo, sin miedo, que se lleva bien con todos y responde a la demanda humana (emocional, de atención…) siempre y como se espera. Pero ¿es este un perro feliz o un perro construido, es quizá un perro inhibido?

¿Es posible que no siempre lo normativo sea lo que hubiera que normalizar?

Quizá tus experiencias previas con perros que no presentaban dificultades te hayan llevado a crear expectativas; es posible que tu perrete no presentara ninguna dificultad cuando llegó a tu familia, pero algún suceso —quizá traumático— cambió las cosas; o tal vez fue la imagen canónica, extendida, y en parte fundamentada en las bases del antropocentrismo y el adiestramiento canino: una imagen que, lamentablemente, incluso alimenta y reproduce (de forma tóxica) series de televisión.

Es fácil añorar la idea de tener un compañero «socialmente perfecto»… Pero, ¿sabías que los perros no normativos son los que realmente nos sacan de nuestra zona de confort? Nos hacen empatizar, crecer y nos enseñan muchísimo más de lo que podríamos imaginarnos.

Los perros con características únicas, aquellos que son más tímidos, inseguros o curiosos, los que necesitan más tiempo para enfrentarse a la vida, adaptarse, o encontrar su forma de gestionar el mundo humano al que son arrojados sin ningún tipo de recurso y, en ocasiones, acompañados sin realmente serlo (o, al menos, con consciencia): estos son los perros que realmente nos abren los ojos. Nos enseñan a tener paciencia, a empatizar, a ser flexibles, a aceptar las diferencias y a disfrutar y valorar la diversidad y su forma especial de amar.

El vínculo no tiene que seguir un guion. Un perro no normativo es una oportunidad para aprender a ver el mundo de una manera más inclusiva, respetuosa y compasiva.

En ark9 celebramos a todos los perretes y su diversidad, con sus personalidades, características y pequeñas (o grandes) imperfecciones. Porque cada individuo, también humano, tiene su latido y su aprendizaje.